El Embrion
Desde las primeras etapas del desarrollo, el Corán describe exactamente el crecimiento del embrión. Primeramente, tenemos la Nutfah o la etapa de la gota: esto es cuando un espermatozoide fecunda al óvulo para formar el zigoto, el cual tiene la forma de una gota de fluido, de ahí el nombre Nutfah. La siguiente etapa es la del ‘Alaqah, que en árabe tiene tres significados: sanguijuela, algo suspendido y un coágulo de sangre.
El embrión no solo parece una sanguijuela, sino que usa la sangre de su madre para alimentarse. Mientras crece, empieza a tomar una forma que cuelga en el vientre de la madres, como si estuviese suspendido. El paso final es la etapa del ‘Alaqah, es cuando el embrión toma una gran cantidad de la sangre de la sangre de la madre; el hecho de que la sangre no comienza a circular en este periodo hace que se parezca a un coágulo de sangre.
Luego tenemos la etapa del Mudgah. En árabe esto significa ‘una sustancia como masticada’. La creciente columna vertebral del bebé se asemeja a algo masticado. Luego de eso viene el Izam, la formación de los huesos, la siguiente etapa descrita en el Corán es cuando los huesos son revestidos con carne, lo cual describe exactamente cómo los músculos comienzan a formarse alrededor de los huesos.
Lo que nos ha sido revelado en el Corán acerca de la embriología hace más de 1400 años atrás, ha sido descubierto por la ciencia moderna hace sólo unas cuantas décadas. Incluso en el siglo 17 con la invención del microscopio, se creía que el esperma contenía a un diminuto ser humano.
“He aquí que creamos al hombre [Adán] de barro. Luego hicimos que se reprodujese por medio de la fecundación, y preservamos el óvulo fecundado dentro de una cavidad segura [el útero]. Transformamos el óvulo fecundado en un embrión, luego en una masa de tejidos, luego de esa masa de tejidos creamos sus huesos a los que revestimos de carne, finalmente soplamos en el feto su espíritu. ¡Bendito sea Allah, el mejor de los creadores!” (Corán 23:12-14)