Los modales del Musulmán
La legislación islámica (Shari’ah) es un sistema completo que tiene como objetivo construir la personalidad del ser humano en todos sus aspectos y facetas. El Islam concede gran importancia a este asunto, y por ende unió la fe y los modales. El Profeta dijo: “El más completo de los creyentes y más perfecto en su creencia es aquel que posee los mejores modales”. (Ahmad, Abu Dawud & Tirmidhi).
Los correctos modales son el fruto de la creencia y la fe. La fe no prospera si no se ve acompañada de un crecimiento de los buenos modales. El Profeta nos informó que uno de sus más grandes objetivos como profeta era completar los más excelentes modales; dijo: “He sido enviado para completar los buenos modales.” (Ahmad, & Bujari). Allah alabó los modales y la educación de Su Profeta: “Y era de verdad, de una conducta impecable” (68:4).
¿Cómo puede compararse entonces la excelencia del Islam respecto a los modales y los valores con las artificiales teorías e ideologías materialistas que han abandonado todo valor y principio, y que ni tan siquiera dan un sustrato moral, para evitar la violencia, el pecado y la delincuencia. Las religiones crecen en nuestro país y el crimen aumenta día a día. El Islam ha establecido que perfeccionar los modales en todos los asuntos cotidianos es una manera de acercarse a Alá y a su complacencia.
En el Islam los modales y la fe tienen estrecha relación. Alá ha explicado que el Salat (la oración) protege a la persona del mal y los pecados, purifica y eleva el alma. Dijo Allah: “La oración impide la deshonestidad y lo reprobable”. (29:45).
El ayuno impregna a la persona con el más grande de los modales: la piedad. Dijo Allah: “¡Creyentes!; Se os ha prescrito el ayuno, al igual que se prescribió a los que os precedieron. Quizás, así, alcancéis la piedad”. (2:183). El ayuno induce a buenos modales, como la calma, la tranquilidad, la tolerancia, y apartarse de todo lo vano y superficial. El Profeta dijo: “Si alguno de vosotros está ayunando que no diga obscenidades ni grite o alborote. Si es insultado o dañado que diga: ‘¡Estoy ayunando!”.
El Zakat (la caridad obligatoria) y la Sadaka (caridad voluntaria) también purifican los corazones y las almas, y libran de enfermedades como el egoísmo, dice Alá en el Corán: “¡Toma de sus bienes una caridad para purificarles con ella!” (9:103).
Esto es equivalente al diezmo y las ofrendas que existen en otras iglesias. Pero habrá que dar alguna explicación. En primer lugar diezmar originalmente se refería a repartir el sobrante, como el trigo que quedaba al trillar las mieses o la “pepena” del café, lo cual equivale a un 2 ½ %; esto es, la cuarta parte de diez. Como las palabras se parecen, diezmo y diez, “diezmar” se aumentó al 10 %. El diezmo se debe empezar a repartir en casa, con los hijos, cónyuge, familiares, necesitados, vecinos, etc. No se puede dar el “diezmo” a la iglesia y dejar por ejemplo a los hijos enfermos o con hambre, “No se puede ser luz de la calle y oscuridad de la casa”. El diezmo es de Dios a través de los pobres; no es para Dios, porque Dios no necesita dinero. La cantidad de lo que se da, no es lo que Dios toma en cuenta, sino más bien, el esfuerzo y la intención. Fuera de ello, dar dinero con intención de multiplicarlo carece del fundamento principal de la limosna que es la caridad, y más se asemeja a codicia. Finalmente hay que dar con humildad. El Islam reconoce el principio bíblico detallado en Marcos 12:41-44 y Lucas 21:1-4.
“Jesús levantando la vista vio unos fariseos que echaban ofrendas en el tesoro con arrogancia. Vio también que una viuda que echaba unos centavos y dijo: “En verdad os digo que esta pobre viuda ha echado más que todos los demás, porque esos otros echaron de lo que les sobra (ufanándose por ello) a los ofrendas de Dios, pero ella ha echado de su indigencia, todo lo que tiene para vivir.”
El Islam rechaza que muchas iglesias ponderan la cantidad de las ofrendas al tamaño del premio de Dios; el que reducen a un premio mínimo al que da menos, sin considerar el esfuerzo en obtenerlo. También rechaza con indignación, cuando las ofrendas pequeñas son públicamente rechazadas o incluso maldecidas. Esto no sólo es anti – Islámico sino también, contrario a la Biblia, como ejemplarizamos antes.
Fuera del Zakat que constituye la caridad obligatoria; se encuentra la Sadaka, o contribución voluntaria adicional.