La Naturaleza del Islam
Todo el mundo puede darse cuenta de que nuestro Universo es ordenado, donde todas las cosas están regidas por leyes y reglas. Todo tiene su sitio fijado en un conjunto grandioso que funciona admirablemente. El sol, la luna, las estrellas, todos los cuerpos celestes pertenecen a un mismo sistema que siguen una trayectoria invariable en virtud de leyes inmutables. La Tierra gira alrededor del Sol y sigue una trayectoria determinada. Desde el ínfimo electrón a las impresionantes galaxias, todo el Universo obedece a sus leyes propias en virtud de las cuales, la materia, la energía, y la vida aparecen, remodifican o desaparecen. El nacimiento, el crecimiento, la vida, la subsistencia del hombre en la Naturaleza, están todas regidas por un sistema de leyes biológicas que son todas las que gobiernan el funcionamiento de todos sus órganos, desde las células más pequeñas, al corazón y al cerebro. En resumen, nuestro Universo está sometido a una Ley, y todo lo que en el forma parte sigue el camino que le ha sido prescrito.
Este orden cósmico que gobierna el Universo, desde las partículas a las galaxias, es la ley de Dios, el Creador y el Señor del Universo. Ya que la creación entera obedece a las leyes divinas; se puede decir que todo el Universo sigue literalmente la religión del Islam, porque el Islam no significa más que la sumisión y la obediencia a Dios, el Señor del Universo. El Sol, la Luna, la Tierra y todos los demás cuerpos celestes son pues ‘musulmanes’; todo, como el aire, el agua, el calor, los minerales, la vegetación, los animales. Todo en el Universo es musulmán porque todo obedece a las leyes que le han sido asignadas por Dios. De esa forma, todo aquel que se somete a Dios, es musulmán.